Sin ojos,
para no ver
el paisaje de miserias
que dibujas en el mundo;
sin oídos,
para no escuchar
las palabras-engaño
con las que rompes
el sagrado silencio;
sin olfato.
para no oler
la hiel que destila
el brillo de tu cara;
Pero con manos,
con fuertes manos,
con manos armadas,
para luchar en la batalla
de esta guerra que nos has declarado:
la guerra contra la paz
entre el planeta y los humanos.