lunes, 11 de abril de 2022

ALBA Y LA VIDA

 

ALBA

 

Alba miraba el cielo

de una noche inmensa.

 

Sin luna, 

sólo  algunos racimos 

de estrellas brillaban  

desde las hondas entrañas

de los rincones del tiempo.

 

Alba miraba absorta,

  encandilada,

sus ojos, sus labios, 

sus manos claras,

todo se disolvía 

de forma tranquila

en la luz de fondo del Universo.

 

Con cada giro de sus ojos,

Alba viajaba 

por la historia del tiempo;

con cada latido de su pecho,

toda la materia reverberaba.

 

Poco a poco,

 se fue abriendo Alba

a algo que nunca había sentido:

el vértigo amable de disolverse

en la luz que reverbera 

entre la materia más negra

del universo infinito.




ALBA Y LAS ROCAS


Alba miraba ensimismada

las grandes rocas,

en la puerta del bosque.

La quietud y la consistencia 

de las grandes moles de piedra

hechizaban sus sentidos.


Alba había  leído

que las rocas son materia inerte,

carente de vida...

Pero también sabía

que en las entrañas

de aquellas piedras latían 

las mismas partículas

que conforman el Gran Universo.


Alba alargó los dedos

hasta sentir en sus yemas

la superficie rugosa y fría,

y sintió la paz que emana

de la profunda alianza

con todas las criaturas

 del universo

 

Ahora Alba descansa

mirando a través de las rocas,

más hondo,

y más lejos






ALBA, LAS NOTICIAS Y LA VIDA


Esta vez, los ojos de Alba

miraban enrojecidos las noticias.

Las palabras se desvanecían

entre imágenes de guerra.

 

Lo que más le dolía a Alba

era sentir que en su entraña

se libraban las mismas batallas

y morían las mismas muertas:

el miedo contra la confianza,

la violencia contra la concordia,

la angustia contra la vida.

 

Ignorar lo que nos cuentan

es tan inútil como creer

lo que nos dictan

los grandes hombres que habitan

en la torre de control

del paraíso imaginario.

 

Alba bajó las manos

acariciando su vientre.

Su hija viviría en un mundo nuevo,

nacido de un parto diferente.

 

Y ya sin miedo,

alargo los dedos

hasta sentir en ellos

la magia de lo que emerge.



ALBA Y LA GUERRA.


Alba se miraba es un espejo
de luz y de agua
escondido en el centro del bosque.

Sonreía a la suerte 
de haber sobrevivido
a las guerras del hambre,
y al hambre mismo.

Alba se miraba en el espejo 
y vio detrás de su cuerpo
otro cuerpo,
 armado y podrido.

Sintió las manos del otro en su cuello,
unos  labios ajenos violando su boca
y una fuerza ronca
segando de golpe su vida.

En la deriva de un río contaminado,
Alba fluye hacia el mar infinito,
mientras en el centro del bosque
una osa se come
los restos de un hombre
ahogado en sus delirios.

Es el fin de una era,

¿O es el principio?



ALBA Y LA MAÑANA

Junto al mar amanece
y una tira de luz del este
recorre las arenas de la playa.

Alba camina cansada.

Se ha muerto, 

asesinada por un soldado
que luchaba encantado
por la libertad y la democracia. 

Y ha navegado 
hasta un mar hermano,
agarrada del brazo
de su hija que no ha nacido.

Alba sabía
que los secretos del universo
son inescrutables...
Lo que no sabía 
es que fueran tan amables
con todos los seres vivos,
y se preguntó
¿También con mi asesino?

Y sin  miedo de ningún tipo,
 decidió bañarse.

En la tibieza del agua
y en la pureza de la luz,
Alba descansa,
al lado de su hija.

NOS LLAMAN A LA GUERRA

 

¿Has oído?

Nos convocan a la guerra,

en nombre de no sé qué verdades

que dicen que son eternas.

 

¿Cómo luchar sin luchar

por la vida y por la paz?

¿Dónde están las respuestas?

 

No esperes un mensaje

ni un día “D” ni una lideresa.

 

Las respuestas están en tu entraña.

Esperando el permiso 

para saltarse las reglas del mercado,

para desobedecer a los estados

y desoír el llamado

de los medios  a la guerra.

 

Escucha y empieza.

Más dentro de ti que fuera

está el espacio de transformación

que necesitamos

para ser más humanos

y religarnos a la paz de la Tierra.


Escúchate... Y empieza.