Un año de tormenta,
con lluvias torrenciales
con hechuras de diluvio;
granizadas, huracanes,
y animales mortales
poblando el cielo nocturno.
Y tras ese año,
el árbol sigue enhiesto,
y con él todo el universo
que acoge lo que amé,
lo que amo
y lo que anhelo.
Nada ha podido con el árbol
ni con sus frutos prohibidos
ni con sus frutos secretos.