Hay una paz que emana
de la derrota y del deliro,
la paz que nos envuelve
cuando desnudos,
nos enfrentamos al vacío.
La paz de quienes pierden,
de las derrotadas y de los vencidos.
Solo accedes a ella
desde el camino del infierno.
y desde su centro,
la vida y la muerte
recobran su sentido.
La paz de la derrota,
la que ata con dulzura y silencio
las heridas y los recuerdos,
y nos libera para siempre
de los delirios de grandeza.
La paz que nos une,
la que nos libera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario