Nosotros avanzamos
en el más hondo de los sielencios,
esperando a que llegue el momento
de dar el gran salto.
Somos muchas,
más de lo que parece,
hombres y mujeres esperanzados...
Que sabemos que la fraternidad
no está conquistada,
que el miedo y la mordaza
acallan las buenas noticias,
que sabemos que hay muchos
soldados y periodistas
protegiendo con sus armas
y justificando con su firmas
este estado estacionario
de las bombas y de la muerte.
Aún así, somos muchas.
Y esa cumbre luminosa
de la hermandad en la vida,
poco a poco,
y a pesar de las heridas,
lograremos conquistada.
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