martes, 21 de diciembre de 2021

Esa y todo.



La que sufre 

el ardor del guerrero

en las noches  calientes,

en el borde de la ciénaga,


la que espera paciente

el primer rayo de luz del alba,

para volver a casa

mientras se esconde del vampiro.


La del grito no escuchado

en ningún telediario

del mundo libre,

saturados por la voz triste

de la decadencia.


La de la decencia

que no se explica

en manuales ni catecismos.


La que corre al borde del abismo

acompañada de un lobo.


La que brilla en el lodo.

Esa y todas.

Esa y todo.


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