Esta noche he soñado
que llegabas volando
a cubrirme de besos.
Que mis labios
viajaban por tu cuerpo
saboreando
tus rincones más íntimos.
Que una ola de paz y lujuria
se expandia desde tu centro
y salpicaba de luz
la sangre que recorre el mundo.
Y fue amaneciendo.
Y el sueño, difuso,
se fue diluyendo.
Y con la tarde,
miré de reojo a la noche vecina,
temiendo de nuevo al sueño
de tu boca sobre la mía.
Los sueños pasan,
pero continúa la vida
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