lunes, 25 de agosto de 2025

Lo que podía ser y se fue.



Podía haber llovido la luz sobre esos ojos

que miran al mundo con asombro,

excitando cada poro de esa piel,

revolviendo de placer

hasta la última neurona

de nuestros cuerpos. 


Podía haber llegado un viento claro

vistiendo de rubor 

cada rama de cada árbol,

y dejando en las ventanas

las sábanas cansadas 

de amores descarados.


Lo que podía ser y se fue

ya es luz que brilla 

desde un horizonte del pasado.


Pero que siga brillando,

pues ilumina de ternura

cada parcela del mundo.

miércoles, 20 de agosto de 2025

Esperando a la alegría.

 



El río que soñaba  

con llegar al mar,

se encontró en su camino 

con una presa;


el viento de la sierra, 

que azotaba amoroso

las copas de los árboles,

se enredó en el valle 

y se encadenó a los riscos,

y quieto y altivo,

guarda silencio.


Un fuego que no quema,

una mirada esquiva,

un río que no avanza

y el viento a la deriva.


Con el otoño volverán las lluvias

y con ellas,

la alegría.


jueves, 7 de agosto de 2025

El río.




Pararon las aguas del río su rápido viaje,

y acariciando con ternura las rocas y el bosque,

se arremolinaron, lujuriosas, 

junto a nuestros cuerpos.


Acariciaron nuestros recuerdos,

llenaron de frescor nuestras heridas,

multiplicaron el olor de  cada abrazo

y el fulgor de cada risa.


 Las fronteras entre la historia y la vida 

se iluminaron,

tus ojos y tus manos resplandecieron,

y una sinfonía de ternura, bosque y agua, 

acompañaron el vuelo

de los sueños que no se sueñan

y de las esperanzas que no  se declaran.

martes, 5 de agosto de 2025

La dulce frontera

 

La dulce frontera no es el paraiso;

es una región  del cuerpo y del alma

donde el deseo descansa al borde del abismo.


Abajo, los vientos salvajes 

que enardecen el río.

Arriba, un sol tibio

que llena de paz

cada abrazo dado

y cada beso reprimido.


Y la dulce frontera,

 en la que se encuentran

todos los mundos posibles

entre tu mundo y el mío.


Un sitio tranquilo, bello,

habitado por besos no dados

y abrazos que llenaron

cualquier clase de vacío.


Allí hay una casa,

en la dulce frontera,

para habitarla sin la esperanza

de llegar a ningún sitio.

La esperanza que es innecesaria

cuando estoy contigo.