jueves, 7 de agosto de 2025

El río.




Pararon las aguas del río su rápido viaje,

y acariciando con ternura las rocas y el bosque,

se arremolinaron, lujuriosas, 

junto a nuestros cuerpos.


Acariciaron nuestros recuerdos,

llenaron de frescor nuestras heridas,

multiplicaron el olor de  cada abrazo

y el fulgor de cada risa.


 Las fronteras entre la historia y la vida 

se iluminaron,

tus ojos y tus manos resplandecieron,

y una sinfonía de ternura, bosque y agua, 

acompañaron el vuelo

de los sueños que no se sueñan

y de las esperanzas que no  se declaran.

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