miércoles, 20 de agosto de 2025

Esperando a la alegría.

 



El río que soñaba  

con llegar al mar,

se encontró en su camino 

con una presa;


el viento de la sierra, 

que azotaba amoroso

las copas de los árboles,

se enredó en el valle 

y se encadenó a los riscos,

y quieto y altivo,

guarda silencio.


Un fuego que no quema,

una mirada esquiva,

un río que no avanza

y el viento a la deriva.


Con el otoño volverán las lluvias

y con ellas,

la alegría.


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